Todos los sondeos señalan que el ganador de las elecciones presidenciales del próximo domingo será el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, pero hay factores como el muestreo, el número de indecisos o la espiral del silencio que podrían trastocar un triunfo que parece inevitable.
“Nada está escrito, pero Newton decía que cuando un cuerpo lleva trayectoria, se necesita de una fuerza más grande para cambiar esta trayectoria, y esto es lo que no se ve”, dijo hoy a Efe Rodrigo Galván, director de la empresa De las Heras Demotecnia.
Un sondeo publicado este domingo por Consulta Mitofsky señaló que López Obrador, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), encabeza la intención del voto de los comicios del 1 de julio con un 37,7 %, seguido de Ricardo Anaya, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), con el 20 %.
José Antonio Meade, del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), obtendría el 17,7 % de los sufragios y un 3,1 % sería para el independiente Jaime Rodríguez, el Bronco.
Para Galván, la fiabilidad de una encuesta depende de tres puntos: la casa encuestadora debe estar registrada ante el Instituto Nacional Electoral (INE), el sondeo tiene más valor si está hecho en vivienda y debe tener menos de un mes de diferencia de su publicación.
Para Alejandro Díaz, profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey, tanto las encuestas en vivienda como las telefónicas e incluso en redes sociales arrojan “información útil”, aunque también algunos sesgos que se han de tener en cuenta.
Es también muy importante el fraseo, explicó, porque la forma de preguntar puede llevar a que la “intención de voto varíe”.
Uno de los fenómenos más habituales, continuó este especialista en encuestas, es el de la “espiral del silencio”, que se produce cuando la gente no responde a ciertas preguntas o no dice la verdad por no ser “deseable socialmente”.
Esto podría beneficiar a López Obrador en las encuestas, ante el miedo de algunos sondeados a revelar que no votará por el puntero.
“Los encuestados no son mentirosos, pero existe un tema cultural, de querer quedar bien”, secundó Galván.
Otro elemento a tener en cuenta es la tasa de no respuesta, los indecisos. “En estas elecciones la no respuesta es más alta de lo normal, de entre 30 % y 40 %” del total de entrevistas contabilizadas, explicó Galván.
Pese a todos estos elementos parecen bajo control por las empresas encuestadoras, también hay margen para la equivocación y todavía podría producirse una inesperada derrota de López Obrador.
Sala de Redacción/NewJerseyHispano
Publicado el 29 de Junio 2018