A los indígenas y trabajadores ecuatorianos les parecía amarga la medicina del presidente Lenín Moreno para sanar las debilidades de la economía. Casi incendiaron Quito. Ahora deberán dejar de tirar piedras y ser partícipes de la elaboración de un nuevo medicamento para curar el enorme desequilibrio de la economía.
Y ese medicamento difícilmente será dulce.
Mientras tanto, el expresidente Rafael Correa, que de haberse logrado la renuncia de Moreno, esta misma semana habría estado lanzando su campaña de reelección, tendrá en cambio también esta misma semana que afrontar el juicio por corrupción que había sido postergado por las protestas. Y aunque quemaron la Contraloría, existen copias de las evidencias y expedientes, tanto en formato digital, como en la Fiscalía.
El juicio va.
La comisión técnica, que se instaló tras el anuncio del presidente Moreno de derogar el decreto 883, con el que se ponía fin al subsidio al combustible, muy pronto tendrá que afrontar la realidad de que los presupuestos no se balancean con consignas, ni con pedradas, sino con amargas medidas de austeridad y planes concretos para aumentar los ingresos.
Esto luego de que tras unas cuatro horas de negociaciones este domingo, el gobierno de Moreno y sindicalistas y representantes de las comunidades indígenas, acordaran la derogación del Decreto 883 y el fin de las propuestas, para ahora elaborar en conjunto el decreto que sustituirá al anterior.
El acuerdo puso fin a doce días de protesta que dejaron siete muertos, centenares de detenidos y millones de dólares en pérdidas.
Posibles escenarios
Ahora los indígenas y sindicalistas tendrán que ser coautores de un nuevo decreto que muy posiblemente incluirá alguna forma de reducción al subsidio al combustible. Una posibilidad es que se derogue el subsidio, dejándolo vigente únicamente para el transporte público para no afectar a los sectores de menor nivel de ingresos.
Esa posibilidad se considera que estaría dentro de lo que el gobierno planteó al anunciar el acuerdo cuando dijo que se buscará que los recursos “sean destinados a los más necesitados”. Pero balancear el presupuesto requiere de una significativa reducción del gastos y aumento de los ingresos.
Ecuador anunció recientemente que se retirará de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la cual obliga a los países miembros a limitar su producción para promover el alza de los precios internacionales. Ecuador quedaría entonces libre para aumentar su producción y recibir mayores ingresos para hacerle frente a sus necesidades.
La meta es recaudar unos 1.400 millones de dólares en ingresos que es lo que habría generado la eliminación del subsidio al combustible. Con eso, y reduciendo el abultado aparato estaral heredado del gobierno de Correa, se empezaría a balancear lo que se gasta con lo que se genera. Y ese balance es lo que le abriría las puertas a Ecuador a más de 4.000 millones de dólares en financiamientos blandos del Fondo Monetario Internacional.
El nuevo decreto, que ahora contará con la coautoría de sindicalistas e indígenas, difícilmente podrá escaparse de reducir en cierta medida el subsidio al combustible. Para anestesiar el golpe, sin embargo, posiblemente se destinará una parte de lo que se genere a prevendas a trabajadores e indígenas.
De hecho, al dar a conocer el acuerdo, el gobierno de Moreno anunció un bono de 20 dólares que las empresas privadas deberán pagar mensualmente a cada trabajador. Eso será un aporte del sector privado. Ahora está por verse, cual será el costo que la paz tendrá para las finanzas del gobierno.
Existe también la posibilidad de que el gobierno y los otros miembros de la Comisión Técnica que prepara el nuevo medicamento macroeconómico, no logren ponerse de acuerdo, lo cual dejaría al país fuera de un arreglo con el Fondo Monetario y sin posibilidades de recibir los 4,000 millones de dólares.
Ecuador firmó en febrero pasado un acuerdo técnico, que exigía la eliminación del subsidio al combustible, una reducción del gasto público, y reformas al Código Laboral que faciliten la contratación y el despido de trabajadores.
Todo doloroso. Se trata de la compleja búsqueda de soluciones para enormes problemas que no se resuelven con incendios, sino con medidas concretas que difícilmente no significarán algún golpe al bolsillo de los ecuatorianos. Y ahí estará, junto a la del gobierno, la firma de los trabajadores, y los indígenas.
Durante la crisis de violencia, hubo dos ataques al edificio sede de la Contraloría. El gobierno dijo que esto fue obra de elementos delincuenciales infiltrados en las protestas, que buscaban eliminar evidencias de los casos de corrupción que están en proceso. El más importante es el del ex presidente Rafael Correa.
Pero al haberse llegado a un acuerdo que pone fin a las protestas, el juicio contra Correa podrá iniciarse esta semana. Y aunque Correa públicamente pidió la renuncia de Moreno, no logró su proyecto de que se convocaran a nuevas elecciones anticipadas. En lugar de una campaña electoral, Correa tendrá ahora que dirigir desde Bélgica, su estrategia legal de defensa en su juicio por corrupción.
Así Reportó: voanoticias.com
Publicado el 14 de Octubre 2019