
Ex Trabajadores del restaurante Windows on the World sobrevivientes de 9-11 recuerdan a sus colegas
Maricarmen Amado/New Jersey Hispano
Nueva York
Han pasado veinte años desde que ocurrió el ataque en el World Trande Center, y extrabajadores sobrevivientes recuerdan con nostalgia la tragedia que causó la muerte de 73 empleados del icónico restaurante Windows on the World. Ellos siguen conectados a través de ROC-UNITED, creada para ayudar a los trabajadores inmigrantes de restaurantes y sus familiares, y ahora defiende el derecho a salarios y beneficios justos.
Una de ellas es Rosa Fana-Hernández, quien trabajaba como costurera haciendo las alteraciones y ajustes a los uniformes de todo el personal. El horario de trabajo de la inmigrante dominicana era de 9 am a 6 pm, pero el 11 de septiembre su supervisor le cambió el horario y fue así como se salvó.
“El 11 de septiembre de 2001, iba rumbo al trabajo porque ese día comenzaba a las 11 de la mañana, ya que mi supervisor me cambió el horario. Me acuerdo de que estaba en el metro, cuando supimos que el primer avión se había estrellado contra una de las torres del World Trade Center. Pararon el tren y evacuaron a todos los pasajeros. Tenía mucho miedo, pero no sabía lo que estaba sucediendo. Cuando salí del metro fui a un restaurante al lado para ver la televisión. Tenía tanto miedo, viendo todos los sucesos”, explicó Rosa durante el Tributo ofrecido por ROC UNITED, a los trabajadores de Windows on the World que fallecieron el fatídico 9-11.

Si bien la trabajadora se salvó, fueron momentos duros para ella el que casi todos sus compañeros fallecieron. Rosa hasta la fecha recuerda el caos que había en la ciudad de Nueva York, “porque fue el día más triste de mi vida”.
“Creo que ese no era mi día para morir. Lo sé porque la gerencia en Windows on the World casi nunca cambiaba mi horario de trabajo”, dijo Fana Fernández.
Si bien el trabajo en el restaurante era intenso, los trabajadores se llevaban muy bien y eran como una gran familia. Compartían sus celebraciones en las cuales llevaban los platillos típicos de sus países de origen. Había trabajadores de diversos países, algo como una pequeña Naciones Unidas.
“En Windows on the World todos éramos como una gran familia”, dijo con nostalgia la ex costurera del afamado restaurante neoyorquino. Debido a la experiencia traumática se le ha hecho difícil a Rosa seguir trabajando en un restaurante, y desde entonces solo ha trabajado como costurera de diseñadores de moda. Ella no ha vuelto al área de la tragedia y trata de no salir de su hogar para sentirse segura.
Para Albert Lee, que trabajaba como mesero en Windows durante 15 años, seguir vivo ha sido un milagro. Trabajó allí desde 1986 desde que llegó de Hong Kong, y disfrutaba el compartir con sus compañeros. Por eso, cada 11 de septiembre se siente muy triste al recordarlos.
“Estoy bien y me siento agradecido de estar aquí, vivo, y bien, pero siempre se repite el trauma de perder a mis amigos y mis compañeros. Me salvé ese día porque mi turno fue cambiado hasta 5:00 pm tal vez fue mi destino y sobreviví. Me ayuda saber que ellos están en el paraíso y eso me tranquiliza”, dijo Lee quien vive en Queens y trabaja en Chinatown.
Como parte del proceso de ayuda a los sobrevivientes que se quedaron sin empleo y a los familiares de los damnificados, en 2001 fue creado ROC UNITED. Esta institución fue ampliada a servir a los trabajadores de restaurantes a nivel nacional y han extendido su misión para velar por los derechos de los trabajadores.
De proveer asistencia económica y legal para los desplazados por el 11 de septiembre, ahora realizan campañas en favor de mejores salarios para los trabajadores de la industria, comenzando con establecer un salario único de $15 la hora, beneficios de salud, hasta el derecho de los trabajadores a tener días de enfermedad.
De Sobreviviente a Líder

Sekou Siby, recuerda la tragedia de 9-11 con nostalgia. Ese día él se salvó. Cambió su turno con un compañero de trabajo quien era su amigo, y no acudió a trabajar en su horario regular. Era el empleado 129495 en Windows on the World, por cerca de tres años. Su labor era de cocinero asistente de chef, y no solo disfrutaba del trabajo que realizaba, Siby estimaba a sus compañeros.
“Éramos como una familia e hice una amistad larga con mis compañeros. Me salvé la vida, pero ese día perdí a mi querido amigo”, dijo el doctor Siby, sobreviviente de 9-11 y ahora presidente de ROC United.
Durante el tributo a los fallecidos, Siby explicó que desde que ocurrió la tragedia no ha trabajado nunca más en un restaurante para evitar los recuerdos traumáticos que le han impactado.
Algunos de los extrabajadores, se han mudado fuera de New York City, pero ellos siguen recordando el miedo que vivieron el 11 de septiembre, el día de los ataques al WTC.
“Siempre pienso en mi amigo con quien cambié el turno, y en mis amigos que trabajaban en Windows on the World. No he trabajado nunca más en un restaurante, por el olor a vegetales, carne y postres, ver los uniformes. Porque todo eso me recuerda a la tragedia de 9-11 pero al mismo tiempo veo que los trabajadores de restaurantes sufren sin seguro de salud y no tienen seguridad”, dijo el presidente de ROC United.
Mas de 12,000 desaparecieron puestos en restaurantes y los trabajadores sobrevivientes de Windows como yo estamos liderado la lucha por los derechos de los trabajadores de restaurantes, explica Siby.
El Impacto de Covid-19
Desde que comenzó la pandemia, se han seguido perdiendo puestos de trabajo en la industria de comidas y bebidas. Miles de trabajadores no tienen empleo y necesitan apoyo.
“Ahora que estamos en una crisis de salud, desde marzo 2020 miles de trabajadores de restaurantes se han quedado sin empleo. Desde Covid-19 en New York City y todo el país, millones de trabajadores se han quedado sin ingresos, sin seguro de salud, al borde el perder sus viviendas. Tenemos una misión de luchar por mejores sueldos y condiciones para los trabajadores de esta industria”, explicó el directivo.
La lucha de la organización y sus miembros sigue avanzando. Estamos trabajando fuerte para ayudar a los trabajadores de restaurantes a lograr una equidad en los sueldos.
Los trabajadores sobrevivientes se han mudado fuera de Nueva York, han cambiado de sector de trabajo y pese a todo ello siguen sufriendo el trauma de haber perdido a sus compañeros.