Verny Varela, raíces colombianas y música del mundo

El músico multi instrumental que sigue la vena artística de su padre y sus tíos que fundaron la Sonora Juventud

El gran músico colombiano Verny Varela. Fuente: Cortesía Verny Varela.

Hansel Mera | New York Hispano | Colaborador

Nueva York

En esta ocasión, vamos a adentrarnos en algunos apartes de la entrevista que nos ha concedido Verny Varela, colombiano y músico multi instrumental, compositor, vocalista y con un doctorado en African Studies de Howard University, destacando elementos biográficos que para nada desentonan con el pasado y presente de miles de hispanos en los Estados Unidos.

Pero antes, como enseñan los buenos historiadores, un poco de contexto. Verny Varela nace en 1970 en el barrio Obrero, de Cali, un poblamiento popular compuesto por zapateros, carpinteros, obreros, de radios, vitrolas, velloneras y parlantes desde donde lloraban los viejos tangos argentinos y uruguayos, pero también desde donde clamaban las guarachas y rumbas del Gran Caribe. En todo caso, un barrio de trabajadores, de grandes casas, lleno de bodegas industriales, de pequeños talleres artesanales, de burdeles, de imprentas, de la vida cultural que insuflaba la cercanía del Ferrocarril del Pacífico, y en el cual solo la pavimentación tardía impidió por mucho tiempo que sus calles fueran una selva de cemento. Y, como lo canta el propio Verny Barrera, barrio Obrero “donde la salsa se bailó primero en Cali”.

En realidad, ya que todos somos historia encarnada, detrás de Verny hay una extensa vida musical, que nos lleva al menos hasta la década de los años 50’s, cuando su padre -Hernando Varela- y sus tíos -Armando Córdoba y James Córdoba- fundaron la Sonora Juventud, emulando y de gran manera, lo que la Sonora Matancera siempre hizo.

La Sonora Juventud, Cali a mediados de la década de 1950. Hernando Varela, en la voz. Fuente: Museo Pioneros de la Salsa Caleña. https://www.mupisacali.com/

Desde luego, cae muy bien recordar que la producción industrial de discos, la extensión de la radio comercial, el cine musical y las giras de distintos artistas terminaron por constituir a la música como una pasión desenfrenada, mantra de los rituales cotidianos, razón de ser para los melómanos, y en el caso de La Sonora Juventud, una decisión de vida que llega hasta hoy, mediante la propuesta de la Sonora Trucupey y, por otra parte, en la apuesta de Verny Varela.

Demos ahora rueda suelta a algunos apartes de la entrevista:

Algunas experiencias desde tu cuna musical en el barrio Obrero o, en todo caso, al lado de tu padre.

Mi padre decía que un cantante desafinado, es la muerte. Él cantaba todo el tiempo A capella para afinar. Una experiencia que me marcó mucho fue con la orquesta de mi padre, El Nuevo Són, que visitaba las fiestas patronales de pueblos del Valle del Cauca y de la Costa Pacífica Colombiana (Guapí, El Charco, Buenaventura), en 1996, ese fue mi un encuentro pleno con la música del Pacífico colombiano. Por eso mi trabajo de grado de estudios en licenciatura en música fue una composición contemporánea de instrumentos de cuerda más instrumentos de percusión, por eso también participé en la segunda versión del Festival Petronio Alvarez, con la canción, El Soldado x, que posteriormente grabé: “de qué orgullo me habla usted / qué consuelo vacío / si la guerra es para usted / le entrego el efectivo”, letra contra la guerra.

Durante los noventa trabajaste con Nelson y sus Estrellas como bongosero y también como corista del salsero panameño Gabino Pompini. ¿Qué otra faceta se nos escapa?

“Claro. Desde 1997 fui dos años corista de Tito Gómez. Admiraba mucho la música del Grupo Niche y un día un amigo me dice que Tito Gómez está buscando un corista y terminé siendo uno de sus coristas por dos años, cuando él se separó del Grupo Niche (…) Y tengo un bonito recuerdo de él, porque era un músico muy generoso, porque nos dejaba cantar como solista, imagínate, y él me hacía los coros, imagínate tú, tener el privilegio de que Tito Gómez sea tu corista. Yo hacía la canción Lamento Guajiro y hacía al dúo con él la canción que grabó con Tito Rojas. Él llegaba y me presentaba con bombos y platillos. Me acuerdo una discoteca en Nueva York y Los Ángeles y yo temblaba antes de cantar esa canción. En esa época también, en mi barrio, en mi casa, ensayó Ismael Miranda, Adalberto Santiago y el hijo de Pete “El Conde” Rodriguez y lo acompañamos con un amigo que tenía una orquesta, la Cali All Star”.

Hablemos un poco sobre tu formación en los Estados Unidos. ¿Cómo suena esa cuestión?

“Una cosa que fue importante para mí, fue estudiar en la Universidad Howard, la universidad más importante de los afroamericanos. Fue algo que me ayudó mucho a ser más consciente de ese concepto de la identidad (…) era muy importante conocer quiénes somos, de dónde venimos (…) mi tesis de doctorado fue sobre cómo el currulao se convierte en música de resistencia, para mostrarle eso a la gente de aquí, que no conocía esa música”.

¿Y cómo ha sido el diálogo con el Jazz u otras expresiones musicales ya en los Estados Unidos, por ejemplo, con el lounge o el downtempo o en todo caso con la electrónica?

“Pues con el Jazz, yo tomé unos semestres UDC y fue increíble, y mi profesor me decía que tocaba muy dulce, y me faltaba swing (…) entonces me acerqué al Latin Jazz, porque nuestro sabor latino permite combinarlo un poco mejor. Ya en el año 2000, en Washington, se me acerca un señor y me dice mira, nosotros somos el grupo Thievery Corporation, es un grupo de música electrónica y me gustaría que grabaras con nosotros. Es un grupo muy famoso, pero yo no lo conocía (…) grabé con ellos, una letra que fue mía, se llama Exilio, que habla de porque estamos aquí. Cuando me invitaron después a hacer un tour con ellos, no sabía que eran tan famosos y mi primer tour fue en San Diego: hemos salido de nuestra tierra / huyendo de los problemas / corriendo de las balas / buscando mira / una oportunidad / pa mejorar (…) qué cosa.

Bueno, después grabé con el maestro de la Orquesta Broadway, de Nueva York, con el maestro Eddy Zervigón, él me daba unos tips para tocar la flauta, yo grabé en el cd del 40° aniversario. Toqué con la Orquesta Ceniza, de Washington, y estábamos abriendo para Celia Cruz, y estaba el maestro Isidro Infante, y estaba cantando Celia, Guantanamera, y por ahí, por detrás, los músicos me dieron su micrófono, y me puse a tocar un solo con Celia Cruz. Fue inolvidable para mí. Grabé una canción con una banda de música electrónica, Ocote Sound Soul, y esa canción está en una película de Ben Affleck, Runner Runner (2013), y eso fue algo grandioso.

Fuente: : https://vernyvarelamusic.com/

Terminemos con algo corto sobre referentes y una premisa de lo que se viene

Me gusta mucho Earth Wind and Fire (…) en cuanto a fusiones, me gusta mucho Carlos Vives, esa fusión que hace con el rock y el vallenato es un sello único. Me gusta mucho Oscar de León, Gilberto Santa Rosa, Cheo Feliciano, esa forma en cómo pueden improvisar…soneros como Ismael Rivera, compositores como Rubén Blades. Hay uno que conocí y me quedé mudo. Residente. Me encanta lo que él escribe. Por supuesto, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Alejandro Sanz, Juan Luis Guerra (…) Y bueno, a mí me gusta escribir sobre temas sociales y sobre el amor, el desamor, tratando de hacer, digamos, mis cosas, con lo que está pasando en el comercio. Y te cuento que mi meta es escribir un libro sobre la salsa en Washington DC, un proyecto grande.

Publicado el 16 de Julio, 2025

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